Utilizar las rutas marítimas para el transporte de viajeros y mercancías es algo usual desde hace, al menos, tres milenos. De hecho, existe constancia de que ya los fenicios usaban barcos para mover mercancías por el Mediterráneo. Pero fue en el siglo XV cuando, dado su potencial y a raíz de la exploración de nuevas vías de navegación, se impulsó aún más su uso con la creación de nuevas naves, entre las que destacaban las naos, las carabelas y los galeones, que sirvieron para trasladar todo tipo de mercancías entre Europa y las Indias. Siglos después, estas dieron paso a las fragatas que, concebidas inicialmente como buques de guerra, se caracterizan por sus tres palos (con cofas y vergas en cada uno de ellos). Su uso fue decayendo a finales del siglo XIX, pero hoy en día aún se siguen empleando. De hecho, tras la Segunda Guerra Mundial, el término fragata pasa a ser común para designar a cualquier buque con un tamaño inferior o igual al de un destructor.
Su capacidad transportadora difiere ostensiblemente de la que pueden llegar a albergar los nuevos buques portacontenedores, algunos de los cuales pueden mover hasta 18.000 TEU (Twenty-foot Equivalent Unit) a través de las autopistas del mar. Esta unidad de medida, equivalente a veinte pies, es inexacta, pero se expresa en contenedores, dado que se ha normalizado que la capacidad de carga de un contenedor estándar sea de 20 pies (6,1 m).
Disponer de embarcaciones con esta enorme capacidad favorece el transporte internacional de mercancías, algo fundamental en la coyuntura actual, en la que un altísimo porcentaje de organizaciones, incluidas pymes (pequeñas y medianas empresas), apuestan por la internacionalización de su actividad y por acrecentar la frecuencia de sus operaciones internacionales de compraventa.
El transporte marítimo es el medio principal para los intercambios comerciales en el ámbito internacional; y, dentro del mismo, el transporte en contenedor, el más utilizado por las empresas. Esto es debido a que su gestión y contratación eficiente permite optimizar sus costes, incrementar la seguridad en las entregas de los envíos y consolidar la expansión de las organizaciones.
Aspectos que afectan a la gestión del transporte internacional marítimo en contenedor
A través de este curso, se ofrece una visión práctica y actualizada sobre algunos de los aspectos principales que afectan a la gestión del transporte internacional marítimo en contenedor, entre ellos:
Así, al finalizar su formación en la materia expuesta en este curso, el alumno sea capaz de:
Objetivos del programa
Entre otras cuestiones, en este curso, el alumno aprenderá a:
¿A quién está dirigido?
Este curso es adecuado para Directores de Exportación, Directores y Técnicos de Logística y Transporte, Transport Managers, Responsables de almacén y expediciones, Directores y Técnicos de Comercio Exterior, Área Managers Internacional, Comerciales Export, Personal Administrativo del departamento de logística, transporte e import/export y profesionales implicados en la contratación y gestión del transporte internacional marítimo.
Ninguno
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